jueves, 16 de diciembre de 2010

La dama en los sueños

Era ya la cuarta noche consecutiva que soñaba lo mismo. No cambiaba nada, y cada día había descubierto mas detalles, como cuando miras una película muchas veces. En realidad no sabia que hacer, e indiferente de los detalles solo pensaba en ese rostro, esa misteriosa mujer que en su sueño se aparecía y tomaba su mano, y era muy real la sensación, sentía la suavidad y el calor de su piel.

Lo que mas lo intrigaba era sus ojos, no dejaba de pensar en ellos.

Decidió salir a la calle y caminar para aligerar su mente, pero inconscientemente miraba a todas las mujeres a su paso, pretendía reconocer la mirada de la dama de sus sueños, pero no la vio. Aun así pensaba que haría si la encontraba, que le diría, como se acercaría. No, era demasiado fantasioso, quizá su mente lo único que hacia era borrarle la sensación de soledad que había dejado su ultima novia. Tal vez es eso, pensó antes de meterse a la cama y dormir.

Una noche mas, y de nuevo ella apareció en su sueño. Acaso empezaba a enloquecer? Que quería esa dama en sus sueños? De momento solo notaba que cada día diferenciaba un montón de cosas distintas, detalles que ampliaban la visión de su dama. un cuarto muy amplio, todo muy blanco, y muy tranquilo, la sensación que experimentaba era de mucha paz, a diferencia del tomento de su vida cotidiana.

Los días pasaron así, un mes soñaba con ella y ya era muy normal para él, incluso no le puso mayor atención hasta el día que su dama le hablo: Hola, mi nombre es Sofia. Despertó sobresaltado, ella le hablo, le dijo su nombre, sabia algo de ella, o de nuevo su mente recreaba cosas.

Ya había decidido no contarle a nadie, no quería que pensaran que estaba loco, ni nada por el estilo, su vida transcurrió normal, como si nada pasara aunque ahora Sofia hacia parte de todos sus pensamientos, hizo un dibujo de ella en uno de los cuadernos del colegio. Había olvidado a sus ex novias quienes tenían por pasatiempo romper su corazón. Ahora solo tenia ojos, por así decirlo para Sofia. Una noche empezaron a hablar, se presentaron, se tomaron de la mano y pasearon por ese cuarto inmaculado.

Despertó y supo que estaba enamorado. Por Dios, estoy enamorado de una mujer que aparece en mis sueños! Pensó mientras preparaba su desayuno, pero fuera de preocuparle quizá ese sentimiento lo tranquilizaba, por primera vez en varios años no se sentía solo, pero se hacia muchas ilusiones, un día podría dejar de soñar con ella y todo acabaría.

Decidido a declarar su amor a Sofia, tan pronto como llego a su casa busco en tocador de su madre los medicamentos que ella usaba para dormir e ingirió una gran dosis, no tanto para matarlo pero si para evitar despertar. Cayo profundamente dormido, de nuevo estaba en su santuario mental con el amor de su vida, no soporto mas y le dijo todo lo que sentía, lo enamorado que estaba, pero también confeso su temor si llegara a perderle.

Sofia sin pronunciar palabra se acerco a él y tomo su mano, no pudo evitar que una lagrima rodara por su mejilla, ella le dijo lo mismo, que sentía miedo por que lo amaba y temía un día no volver a soñar con él. Por que siempre desaparecía y quedaba sola, y era la única compañía que tenia en su eterno sueño ¿Soñar con él? Como así que soñar con él, si era él quien soñaba con ella. Como podría ser eso? Ella continuo y le dijo que había sufrido un accidente justo el día que él la empezó a ver en sueños. Un accidente, ella era la joven que estaba en coma en el hospital, y el accidente solo fue a unos cuantos metros de donde el se encontraba.

Su padre lo despertó pues ya era hora de irse a estudiar, se arreglo tan rápido como pudo y sin pensarlo dos veces salio disparado para el hospital, en la recepción pregunto por Sofia, la joven del accidente, la enfermera de turno le pidió la información de rigor, el dijo ser un amigo, la enfermera le creyó y le pidió a otra enfermera que lo llevara a la habitación de la bella durmiente.

Aun conectada a tantas maquinas ella lucia mucho mas hermosa que en sus sueños, no lo podía creer, siempre estuvo tan cerca de ella, y ahora sabia por que no había visto su rostro. Se acerco a su cama y lo único que atino a hacer fue tomar su mano, lo inesperado sucedió, ella despertó de su coma, lentamente abrió sus ojos y cuando lo vio junto a ella le dijo: Sabria que vendrías.

En ese momento supieron que estarían juntos por siempre...

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