sábado, 6 de octubre de 2012
La vieja Elfo...
domingo, 23 de septiembre de 2012
Un borrego más.
Me duele verte convertido en un borrego mas, en uno de esos que solo hacen el bien esperando una supuesta recompensa y que no viven este paraíso que es la vida. En que momento te dejaste llevar por cuentos de hadas y promesas de vida eterna?
Un borrego más.
lunes, 6 de agosto de 2012
La noche (pt 1)
Un día la gente sin mas ni más regresó al pueblo. Todos siguieron en lo suyo, como si nada hubiera pasado. Pero algo cambio dentro de ellos. Se podía ver en sus ojos. Esa entidad cósmica tomo algo de cada uno y los dejo ir. Y cuando el último habitante de ese pequeño pueblo enclavado en las montañas regreso a su lugar el sonido volvió, los lobos aullaban a lo lejos y las nubes se despejaban.
Pero sus miradas no eran las mismas. Habían visto algo, todos lo vieron y nadie dice nada. En sus miradas se veía el miedo, pero también el desconsuelo, solo ellos sabían y jamás dirían a que clase de ente juraron una especie de horrorifica lealtad.
martes, 19 de junio de 2012
La bruja y el espejo...
Cada día se sentía mas frustrada por que no sabia como se veía. No sabía que era eso que atraía a los hombres y que las mujeres le envidiaban. Se paró frente al espejo y hundida en el desespero rompió en llanto. Luego el llanto se convirtió en ira y arremetió a golpes contra el espejo como si este fuera el culpable. Vociferaba, gritaba, lanzaba cuanto maleficio milenario conocía y nada pasaba. Su bello rostro seguía sin reflejarse en el espejo.
Estas cosas de la magia negra se arreglan con sangre. La bruja comprendía lo que esto conllevaba: un sacrificio. Pero era su sangre la que estaba en juego, la maldición fue lanzada a si misma. Fue ella quien cerró el pacto con el espíritu antiguo. No era nada más sino su alma lo que había vendido a cambio de ser la mujer más bella con el efecto secundario de no poder ver su propia belleza, ni en un espejo, ni en un retrato.
No aguantaba más. No iba a esperar un minuto más. Pero eso no era vida para ella. Halagada, adulada, envidiada, sin tener clara la razón. No dudo un solo segundo cuando hizo sendas incisiones en su cuello y muñecas. La sangre brotaba lenta y cálida sobre su piel, se postro de rodillas frente al gran espejo y a medida que su sangre fluía una difusa imagen se formaba en el espejo. Cuanto mas se desangraba mas claro se hacia su reflejo.
Cuando finalmente pudo ver lo hermosa que era no había más sangre que derramar y cayó muerta en un charco formado por su sangre sonriente y en paz. Y allí estuvo hasta el día en que los cuervos devoraron su carne pues fue ese el ultimo hechizo que lanzó-
domingo, 1 de abril de 2012
La chica que aprendió a volar...
No es necesario extenderme en explicaciones y detalles que a la larga no tienen sentido. De todos modos ya todos conocen lo que sucedió y donde, así que sobra decir que fue en la terraza de la vieja casa abandonada donde aquella chica decidió que entendía el arte de volar y que de ahora en adelante se deslizaría tan campante por el cielo como las grandes águilas que habitaban el paramo donde vivió su juventud.
No nos detengamos a buscar un culpable. No fue nada macabro, ni mucho menos un acto de brujería como las viejas del pueblo dicen. Estas viejas, saben de tanto y a la vez no saben nada que cada que abren la boca para hablar del tema fluye veneno de sus comisuras. Ellas no saben nada, viejas que han perdido sus años viendo el mundo pasar y echando al trasto sus sueños.
Pero aquella chica no. Nunca dio un paso atrás persiguiendo sus sueños. Literalmente les dio alas, puesto que pretendió que el hecho de volar no requería más que la gran voluntad de lanzarse al vacio y extender sus brazos para luego perseguir en acrobáticos giros a las golondrinas que siempre miraba con mucha ilusión.
Y llegó el día. Su cumpleaños numero dieciséis exactamente. Tal y como todos los días de su vida dirigió su mirada al cielo pero este día tenía una expresión diferente. La recuerdo bien, muy sonriente y más resuelta que nunca, más loca que una cabra insistían las viejas del pueblo. Recuerdo que danzaba muy alegro por las calles mientras cantaba con una extraña melodía y repetía continuamente “¡ahora lo entiendo!”. No supe que quería decir, de lejos le pregunte: ¿Que entiendes? Ella me respondió a viva voz: Ya se como volar!!!!!
Y siguió en su loca marcha rumbo a la vieja casona. Curiosamente era el lugar más alto y si se miraba de lejos ese pequeño pueblo la casona sobresalía inclusive sobre la capilla. Notablemente era el lugar mas alto y su actual estado de abandono permitía su ingreso bien para aquellos enamorados que querían intimar o simplemente quienes no querían que los vieran bebiendo vino.
Pero hoy tenía un propósito diferente. Oscuro dirían muchos, lúgubre para otros tantos. Yo solo lo entendí aquel día en el que fui a dejar una flor en la tumba de la chica y vi una bella ave posada en la lapida. Me miro fijamente y supe que la chica había aprendido como volar.
lunes, 13 de febrero de 2012
El suicida...
Pero llamar cobardía al destino era algo un poco errado. Aún cuando las intenciones de cortar su vida no eran tan fuertes como hace unos años de vez en cuando lo pensaba. Era algo que iba más allá de la depresión o del mero existencialismo, la muerte le susurraba pero prefería ignorarla, prefería ignorar el mensaje.
Por que deseaba morir? A veces ni él mismo sabía. Quería morir pero su miedo no lo dejaba. No podía por su propia mano. No quería esperar a morir de viejo y el simple hecho de cortarse o envenenarse lo hacían dudar de cuanto tiempo iba a estar agonizando. No quería eso. Pero la vida cada día le frustraba más y más. Su vida de por si era un caos y esa tal vez era la razón principal para desear morir.
Tanto deseaba su propia muerte que en sueños se veía morir, de formas violentas, pero rápidas. Despertaba sobresaltado pero nunca temor. Bueno, era un sueño, muy real ya que llegaba a sentir dolor. Aunque era mas la satisfacción ya que eran muertes rápidas, casi siempre era un disparo o arrollado por algún vehiculo, pero eran muy fugaces, le daba espacio para sentir algo de dolor, pero de esa forma su mente experimentaba la sensación de finiquitar su existencia.
Un día sin más ni más tomo la firme decisión de que ya era el momento de ponerle final a sus días. Impulsado por la depresión contrato un servicio de sicarios para que tomaran su vida, vía telefónica solicito el macabro servicio, depositó el dinero en la cuenta del pistolero. Nunca hubo nombres, solo instrucciones, una en especial: el acto debía cometerse a largo plazo, varios meses preferiblemente y que no debía avisarle cuando daría el golpe.. Cuando el matón escuchó esto guardo silencio al otro lado de la línea, aunque el dinero ya había sido retirado de la cuenta dudó por un instante, y era la primera vez que le pedían eso, pero aceptó.
Ahora solo le quedaba esperar e intentar pensar en algo que no fuera la terrible transacción.
Pasaron varios meses y los sueños con su propia muerte habían dejado de ser tan frecuentes, aunque cada vez más reales. El trabajo o ver televisión lo mantenían entretenido, tampoco casi pensaba en el “encargo” que había hecho hace unos meses; no sabía si preocuparse o sentirse tranquilo ya que de todos modos cualquier momento sería bueno para morir. Un buen día mientras caminaba a su trabajo descuidadamente cruzó la avenida, no vio el camión que se dirigía descontrolado hacía él y supo que ese era el momento. Cerró los ojos y sintió el impacto, un poco de dolor y la pérdida total del sentido. Casi instantáneamente despertó en su cama sobresaltado y pudo ver a un hombre que le apuntaba directo a su cara con una gran pistola. Apenas pudo escuchar la explosión y un leve dolor de cabeza para despertar de nuevo en el piso de su oficina, se había quedado dormido.
Confundido se dirigió a la calle y se arrojó al primer vehículo que cruzaba la avenida. Voló varios metros antes de perder el conocimiento y sentirse morir de nuevo. Abrió los ojos y se encontraba atado a la camilla de un hospital conectado a varios artilugios médicos. Había un medico a su lado derecho instruyendo a estudiantes sobre su caso: El caso de un hombre que se disparo a la cabeza pretendiendo acabar su vida.