miércoles, 27 de julio de 2011

Recuerdos.

Arte: Juan Mcfly bajo licencia CC

Aquel hombre, sumido en la más absoluta de las tristezas. Incapaz ya de determinar donde terminaba su vida y empezaba su muerte. La muerte, la deseaba profundamente, la esperaba día tras día. Era demasiado cobarde para dársela por mano propia, pero era muy valiente para esperarla sin temor alguno. Canallas sentimientos. Era su tristeza su única compañía, abandonado en los recuerdos de aquellas cosas que pudieron ser y no fueron. Esta noche asistía al funeral de su propio corazón, la música de fondo una dolorosa elegía, otrora una bella canción de amor.
Inundaba su habitación de recuerdos, cartas y retratos de una época que parecía no tener final. Aquel hombre sostenía delicadamente una copa de vino, contemplaba las paredes en silencio y dio un sorbo. Las cartas, acaso fue todo mentira? Acaso esos sentimientos y esas palabras eran solo un engaño, era un juego?. Que había hecho mal?. El funeral de su corazón. Todos sus pensamientos estaban enfocados en ella. A quien amaba. Por quien se desvelaba. Imposible era apartarla de su vida. Llevo la copa a sus labios y bebió un trago más grande.
Estaba en el limbo, no había cielo ni infierno para su torturada alma. Y en un arranque de locura o sensatez, arrancó los retratos de la pared y los tiró a la chimenea. Estaba enloqueciendo o simplemente volvió a la realidad? Pronto las cartas siguieron el mismo destino y ardían. No supo si era efecto del vino o que sucedía, pero esas memorias ardían de manera extraña. Llamas rojas que no consumían el papel. Valentía o locura. Enloquecido tomo los retratos que se negaban a perecer en el fuego dela chimenea, el dolor de su alma era muy grande, tanto como para no sentir el dolor que le provocaba el fuego. Los arrojo fuera unos cerca a su biblioteca, otros a las cortinas. Pronto el fuego se extendió por toda la habitación.
Envuelto en llamas entendió que esos recuerdos se negaban a irse. Aun cuando el fuego los borrara permanecerían en él. No tenia miedo a morir y esta noche la muerte lo visitaba. Un Ángel de fuego que purificaría su alma y lo liberaría de su dolor. Su habitación ardía por completo... Moriría pero sus recuerdos morirían también con él. No más tormentas en su corazón. El fuego le destrozaba la carne, pero le regresaba la paz. La muerte lo visitaba y el fuego borro todo.

martes, 24 de mayo de 2011

Monique y la nieve...

Monique se asomo a la ventana para ver por primera vez en su vida la nieve caer sobre el campo. Era su primera Navidad lejos de su hogar y la nostalgia de la separación de la noche anterior quizá podría disiparla mientras contemplaba en silencio el frio manto que se tendía por todas partes. Lentamente el ambiente se enfriaba mas. Empezaba a hacer mucho frio, se hacia insoportable. Quería quedarse pero no estaba lo suficientemente abrigada. Un pequeño copo de nieve cayo en su mano. De repente sintió soledad, la abrumaba esa sensacion de abandono. Extrañamente el frio del invierno paso por su cuerpo como un relampago y empezo a inquietarse. Decidió regresar al abrigo de la casona, no pudo contener la lasgrimas y se dejo caer en su cama. Lloraba, no sabia por que. Empezo a sentir miedo al igual que su tristeza provenia del frio que habia sentido, del comgelado relampago que habia sacudido su cuerpo cuando quizo ver la nieve caer. El miedo y el dolor se hicieron mas fuertes. Aterrorizada vio como el viento arrancaba el techo de su casa y todo a su alrededor se congelaba el hielo cubria las paredes poco a poco y crujia como un demonio cuando reventaba alguna pieza de madera. Monique se encontro desesperada, sintio la muerte venir. El angel de la muerte vestia hoy de hielo y estaba decidido a llevarse su alma. Las paredes ya estaban totalmente congeladas, y el piso empezo a quebrarse, frios cristales emergian de su superficie y se acercaban a la cama donde hacia unos instantes lloraba. Su muerte estaba a pocos segundos. Su cama se congelaba desde la base el hielo la acorralaba en el centro de la habitacion. Monique no tuvo mas remedio que resignarse. No sintio dolor cuando el hielo cubrió sus piernas y avanzaba rápidamente cristalizando el resto de su cuerpo. cerros sus ojos para esperar la muerte y cuando los volvió a abrir de nuevo estaba en su balcón y el copo de nieve se había derretido en su mano. -Creo que debo dejar de beber Coca Cola... dijo en voz alta mientras regreso a su habitación.