Llevaba al menos una semana sentado frente a la pantalla de su computador. Esperaba que la inspiración le encontrase allí y que empezaran a fluir las palabras y acabar por fin de escribir su libro. Pero solo tenia neblina en su mente, no lograba conectar una frase o una idea, solo una pantalla en blanco iluminaba su rostro, cansado, sin dormir y apenas comiendo lo necesario para que su estomago no le molestase. Estaba decidido a escribir, pero su mente se inundaba de murmullos y eventualmente de dolor. <<El dolor es inspiración>> pensó, pero quería darle un final feliz a su historia. Y fue ahí cuando cayó en cuenta, que quizá igual que su novela, su vida se había estancado, ya no era el personaje principal y simplemente había caído en el olvido, apenas era un personaje de relleno en otras historias, sin importancia y apenas memorable. <<¿Cuando fue la última vez que alguien me escribió? >> Se preguntó solemnemente en voz alta, sonriendo al notar que eso que acababa de decir tenía un doble sentido, esperaba un mensaje que sabía que no iba a llegar, y también se preguntaba si el escritor de su vida también se había estancado como él con su novela y no sabía como hacer avanzar su historia o simplemente lo consideró irrelevante para la trama y lo dejó ahí pues ya no era importante para los personajes principales. <<Ya no soy un personaje principal>> pensó. Apagó su computador y decidió irse a intentar dormir. Lo que no sabía es que en efecto si se había estancado porque el autor de su historia no sabía como hacerle avanzar y al igual que el personaje llevaba al menos una semana sentado frente a la pantalla de su computador.