Después de una terrible noche con muchas pesadillas, despertó. Le dolía mucho su cabeza y solo se limito a levantarse y buscar un aspirina en el cajón de su mesa. La encontró y fue a la cocina a buscar algo de agua. Sentía que había algo diferente, pero estaba muy somnoliento para pensar en ello. No lo había notado pero en el lugar donde solía estar su televisor en el centro de la sala, había un jarrón con muchas flores y su nevera no estaba en la cocina, en su lugar tenía una alacena de madera. Salió a tomar aire fresco y con el frió de la primera brisa mañanera por fin noto que había algo raro en el ambiente ese día.
Otra maldita pesadilla -se dijo para sí mismo- acaso no se pueden tener sueños normales?. Regreso a su casa y cerró la puerta tras de sí. Lo que vio le pareció absurdo, sorprendido miro como la vieja puerta de madera que había mandado cambiar continuaba bajo el umbral de su casa, solo que la puerta no estaba vieja y se podía oler aun la pintura fresca que teñía el ambiente de un aceitoso olor.
Atónito contemplo como no estaba su televisor, y cuando se decidió preparar algo para comer no encontró su nevera. -¿Que carajos pasa? ¿Quién me está jugando esta broma?- Lanzó estas preguntas al silencio de la casa esperando que le estuvieran tomando del pelo. Sin embargo no contuvo las ganas y tomó algo de pan y un huevo para prepararse su desayuno. -¿Dónde está mi estufa de gas?!!!!! Esta vez más furioso cuando vio en el lugar de su moderna cocina integral una vieja estufa eléctrica. Pero el hambre puso más que la ira. -Quien me haya hecho esta broma se las verá conmigo, maldito desconsiderado, los servicios están bien costosos y me obliga a cocinar con la estufa eléctrica-.
Busco en los enseres y hallo una vieja sartén de hierro. Puso a freír el huevo mientras daba mordiscos desganados al pan. Echo un vistazo a la ventana de la cocina qué daba al patio posterior y le costó mantenerse en pie cuando vio que su hermoso jardín ya no estaba, solo había un sembradío descuidado y no sabía donde terminaba su patio y empezaba el del vecino por que no había cerca. Acabó de comer y sin pensarlo dos veces salió a la calle. –Donde carajos esta el pavimento, que demonios pasa con todos acá-. Camino rápido buscando explicaciones en las calles vacías, y no encontraba más que camino destapado y donde la noche anterior había casas y edificaciones solo encontraba lotes baldíos y viejas edificaciones.
Cuando llegó al parque principal del pueblo cayó de rodillas pues lo que vio era lo más absurdo de todo lo que había visto en toda su vida teniendo en cuenta lo que acababa de ver: La iglesia no tenía dos torres sino una sola. ¿Cómo es posible esto? Esta es la iglesia de hace sesenta años; ¿Y donde están los árboles del parque? Gritaba a los cuatro vientos mientras contemplaba como los viejos robles donde jugaba cuando era niño apenas eran unos arbustos algo descuidados.
Se sentó e intento mantener la calma. Dijo para sí mismo: No está mi nevera, no tengo mi estufa de gas y en vez de eso tengo una estufa eléctrica, algunas casas no son casas son solo lotes vacios, la iglesia se ve como hace sesenta años, como las fotos que me mostraba mi abuelo, los arboles son solo arbustos recién plantados.
Lo que acababa de concluir lo aterro totalmente, estaba en el pasado, no había otra explicación, no tenía más que pensar, tan solo como había viajado al menos 60 años al pasado y encontrarse con su pueblo tal cual lo vio en las fotos de su abuelo. Decidió continuar en su camino y por saciar su curiosidad recorrió las calles de su pueblo. De todos modos siempre tuvo curiosidad por saber cómo era todo en la antigüedad y esta era una oportunidad de primera mano. Se lamentó por no tener su cámara o su teléfono celular. Seria genial mostrárselo a todo mundo, pero la sonrisa en su rostro se borro cuando pensó que quien iba a poder ver esto, quizá ni habrá forma de regresar a su tiempo.
Calculó que eran casi las 8 de la mañana, pronto vería gente en las calles. Recordaba muchas cosas que su abuelo le contaba. Que era muy inseguro salir en ciertas horas del día pues era época de guerra civil entre políticos. Esto no le hizo mella, siguió caminando y encontró a un grupo de personas no se fijaron en él pero pudo reconocer al algunos de ellos, eran los abuelos de sus amigos, que llevaban de la mano a los papas de sus amigos. Seria genial ver a mi abuelo o a mis padres cuando eran niños!
Justo en ese momento recordó que sus padres vivían en otra ciudad y antes de que el naciera se habían mudado a esta debido a la guerra civil. No llegaron de inmediato a vivir en la casa donde él vivía, esta la acababa de comprar porque nadie quería vivir en ella, debido a que era una casa… maldita! Se horrorizó al pensar que era por culpa de esa casa que había regresado 60 años en el pasado. La casa hacia parte del patrimonio histórico de la ciudad y el gobierno pensaba demolerla. No era justo que una casa de la época de la colonia fuera derribada y decidió comprarla y reformarla. Le advirtieron que no se metiera con ella, pues la casa estaba maldita. “Y yo estoy muy viejo para creer en cuentos de brujas y demonios” respondió a las advertencias de mucha gente.
Ojala no hubiera comprado esa maldita casa. –Pensaba mientras caminaba- que horror ahora tendré que quedarme para siempre aquí. Pensaba en muchas cosas que le había contado su abuelo, como las matanzas que se hacían a veces cuando los separatistas llegaban a matar a sus enemigos políticos. Recordó que su abuelo le contó que habían asesinado a algunas personas en la mitad del parque a manera de escarmiento y que él tuvo que contemplar varias de esas matanzas.
Algo de eso le turbaba la mente. Su abuelo también le contó como vio a un joven asesinado frente a la vieja casona que acababa de adquirir y en la cual apenas había pasado una noche. Él le contó que se había salvado por poco pero que ese joven no corrió con la misma suerte, de cierta forma le debía la vida pero que no podía olvidar su mirada mientras caía muerto, “era una mirada muy familiar hijo mío” Recordaba las palabras de su abuelo cuando le contaba todo aquello.
Ya había avanzado el día y eran casi las 11 de la mañana. Después de caminar regreso al parque y finalmente reconoció un rostro familiar, era su abuelo en definitiva, pero no vio a sus padres por ningún lado, tenía más o menos unos 30 años, lo que significaba que su padre apenas era un niño. Se acerco a él para confirmar, y en definitiva era su abuelo. Ojala supiera que es mi abuelo -pensaba-. De repente toda la multitud que se había apilado en el parque se conmociono. Vienen los rojos!! -Alguien gritaba- todos corran están matando a todo mundo. Solo atino a correr hacia su casa y algunos lo siguieron en la huida entre ellos su abuelo, corrieron y los asesinos se fueron tras ellos.
El camión en el que iban era bastante rápido y cuando llego a la vieja casona en vez de esconderse en los matorrales como los demás se quedo intentando abrir la puerta, la tensión lo tenía dominado y no podía abrir la puerta, volteo a ver donde estaba su abuelo y vio su rostro frió y asustado detrás del matorral, de inmediato supo que era él quien su abuelo vio asesinar cuando era joven. Un certero impacto de bala lo alejo de todo pensamiento y mientras caía al piso miraba a su abuelo en los matorrales y solo pensaba que no debió comprar esa casa.
Otra maldita pesadilla -se dijo para sí mismo- acaso no se pueden tener sueños normales?. Regreso a su casa y cerró la puerta tras de sí. Lo que vio le pareció absurdo, sorprendido miro como la vieja puerta de madera que había mandado cambiar continuaba bajo el umbral de su casa, solo que la puerta no estaba vieja y se podía oler aun la pintura fresca que teñía el ambiente de un aceitoso olor.
Atónito contemplo como no estaba su televisor, y cuando se decidió preparar algo para comer no encontró su nevera. -¿Que carajos pasa? ¿Quién me está jugando esta broma?- Lanzó estas preguntas al silencio de la casa esperando que le estuvieran tomando del pelo. Sin embargo no contuvo las ganas y tomó algo de pan y un huevo para prepararse su desayuno. -¿Dónde está mi estufa de gas?!!!!! Esta vez más furioso cuando vio en el lugar de su moderna cocina integral una vieja estufa eléctrica. Pero el hambre puso más que la ira. -Quien me haya hecho esta broma se las verá conmigo, maldito desconsiderado, los servicios están bien costosos y me obliga a cocinar con la estufa eléctrica-.
Busco en los enseres y hallo una vieja sartén de hierro. Puso a freír el huevo mientras daba mordiscos desganados al pan. Echo un vistazo a la ventana de la cocina qué daba al patio posterior y le costó mantenerse en pie cuando vio que su hermoso jardín ya no estaba, solo había un sembradío descuidado y no sabía donde terminaba su patio y empezaba el del vecino por que no había cerca. Acabó de comer y sin pensarlo dos veces salió a la calle. –Donde carajos esta el pavimento, que demonios pasa con todos acá-. Camino rápido buscando explicaciones en las calles vacías, y no encontraba más que camino destapado y donde la noche anterior había casas y edificaciones solo encontraba lotes baldíos y viejas edificaciones.
Cuando llegó al parque principal del pueblo cayó de rodillas pues lo que vio era lo más absurdo de todo lo que había visto en toda su vida teniendo en cuenta lo que acababa de ver: La iglesia no tenía dos torres sino una sola. ¿Cómo es posible esto? Esta es la iglesia de hace sesenta años; ¿Y donde están los árboles del parque? Gritaba a los cuatro vientos mientras contemplaba como los viejos robles donde jugaba cuando era niño apenas eran unos arbustos algo descuidados.
Se sentó e intento mantener la calma. Dijo para sí mismo: No está mi nevera, no tengo mi estufa de gas y en vez de eso tengo una estufa eléctrica, algunas casas no son casas son solo lotes vacios, la iglesia se ve como hace sesenta años, como las fotos que me mostraba mi abuelo, los arboles son solo arbustos recién plantados.
Lo que acababa de concluir lo aterro totalmente, estaba en el pasado, no había otra explicación, no tenía más que pensar, tan solo como había viajado al menos 60 años al pasado y encontrarse con su pueblo tal cual lo vio en las fotos de su abuelo. Decidió continuar en su camino y por saciar su curiosidad recorrió las calles de su pueblo. De todos modos siempre tuvo curiosidad por saber cómo era todo en la antigüedad y esta era una oportunidad de primera mano. Se lamentó por no tener su cámara o su teléfono celular. Seria genial mostrárselo a todo mundo, pero la sonrisa en su rostro se borro cuando pensó que quien iba a poder ver esto, quizá ni habrá forma de regresar a su tiempo.
Calculó que eran casi las 8 de la mañana, pronto vería gente en las calles. Recordaba muchas cosas que su abuelo le contaba. Que era muy inseguro salir en ciertas horas del día pues era época de guerra civil entre políticos. Esto no le hizo mella, siguió caminando y encontró a un grupo de personas no se fijaron en él pero pudo reconocer al algunos de ellos, eran los abuelos de sus amigos, que llevaban de la mano a los papas de sus amigos. Seria genial ver a mi abuelo o a mis padres cuando eran niños!
Justo en ese momento recordó que sus padres vivían en otra ciudad y antes de que el naciera se habían mudado a esta debido a la guerra civil. No llegaron de inmediato a vivir en la casa donde él vivía, esta la acababa de comprar porque nadie quería vivir en ella, debido a que era una casa… maldita! Se horrorizó al pensar que era por culpa de esa casa que había regresado 60 años en el pasado. La casa hacia parte del patrimonio histórico de la ciudad y el gobierno pensaba demolerla. No era justo que una casa de la época de la colonia fuera derribada y decidió comprarla y reformarla. Le advirtieron que no se metiera con ella, pues la casa estaba maldita. “Y yo estoy muy viejo para creer en cuentos de brujas y demonios” respondió a las advertencias de mucha gente.
Ojala no hubiera comprado esa maldita casa. –Pensaba mientras caminaba- que horror ahora tendré que quedarme para siempre aquí. Pensaba en muchas cosas que le había contado su abuelo, como las matanzas que se hacían a veces cuando los separatistas llegaban a matar a sus enemigos políticos. Recordó que su abuelo le contó que habían asesinado a algunas personas en la mitad del parque a manera de escarmiento y que él tuvo que contemplar varias de esas matanzas.
Algo de eso le turbaba la mente. Su abuelo también le contó como vio a un joven asesinado frente a la vieja casona que acababa de adquirir y en la cual apenas había pasado una noche. Él le contó que se había salvado por poco pero que ese joven no corrió con la misma suerte, de cierta forma le debía la vida pero que no podía olvidar su mirada mientras caía muerto, “era una mirada muy familiar hijo mío” Recordaba las palabras de su abuelo cuando le contaba todo aquello.
Ya había avanzado el día y eran casi las 11 de la mañana. Después de caminar regreso al parque y finalmente reconoció un rostro familiar, era su abuelo en definitiva, pero no vio a sus padres por ningún lado, tenía más o menos unos 30 años, lo que significaba que su padre apenas era un niño. Se acerco a él para confirmar, y en definitiva era su abuelo. Ojala supiera que es mi abuelo -pensaba-. De repente toda la multitud que se había apilado en el parque se conmociono. Vienen los rojos!! -Alguien gritaba- todos corran están matando a todo mundo. Solo atino a correr hacia su casa y algunos lo siguieron en la huida entre ellos su abuelo, corrieron y los asesinos se fueron tras ellos.
El camión en el que iban era bastante rápido y cuando llego a la vieja casona en vez de esconderse en los matorrales como los demás se quedo intentando abrir la puerta, la tensión lo tenía dominado y no podía abrir la puerta, volteo a ver donde estaba su abuelo y vio su rostro frió y asustado detrás del matorral, de inmediato supo que era él quien su abuelo vio asesinar cuando era joven. Un certero impacto de bala lo alejo de todo pensamiento y mientras caía al piso miraba a su abuelo en los matorrales y solo pensaba que no debió comprar esa casa.